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sexta-feira, 21 de outubro de 2005

noticias da argentina - repercusão da derrota

Yerbas y confusión
Quinze de Novembro es un parque erguido en el medio de la ciudad de Porto Alegre. Y en su interior, entre árboles y esculturas, se puede conseguir de todo. Desde un porongo, donde se toma el mate, hasta imitaciones de camisetas de fútbol de clubes de cualquier rincón del planeta.
Un llamado de atención para el visitante es, justamente, la yerba con la que los gaúchos beben una infusión que creemos propia o de los uruguayos pero que aquí también es una costumbre: nuestro mate o chimarrao, como le dicen los brasileños. Casi no tiene palos que naden en el agua caliente. La hierba es molida hasta ser imperceptible y se hace difícil de dominar en la garganta.
Caminando por la calle contigua, Marechal Florino, una especie de Florida brasileña, se pueden encontrar otras curiosidades. Y también, se produjo un hecho que divirtió a los enviados. Buscando un collar para su novia, uno de ellos ingresó a un negocio por un regalo original. "Acá hay una piedra que no vas a encontrar en ningún lado", sostuvo el vendedor, quien no reparó en el calificativo de "Piedra" de uno de los periodistas, a quien apuntan como un pájaro de mal agüero, y mucho menos en Adrián Piedrabuena, el cronista de Olé.
Más gracioso fue en el momento en que se confundió a uno de los argentinos con el flaco Daniel Bilos, por la similitud de su altura y por una remera azul con la inscripción Soccer. "Usted no nos vaya a hacer goles esta noche, por favor", pidió el hombre entrado en años. Las carcajadas sacudieron el mostrador. Si supiera lo mal que juega este grandote...

Otro descontrol

El gol del Inter en el último instante desató la bronca y desnudó la impotencia en el plantel de Boca. Pero más allá de la reacción de los jugadores, la reacción de uno de los integrantes del cuerpo técnico, Jorge Ribolzi, bien pudo darle paso al escándalo...
En medio de los reclamos, Ribolzi le pegó una trompada al escudo protector de uno de los policías que ingresaron en el campo de juego, y que no reaccionó. Por eso el incidente no pasó a mayores en este caso.
El Panadero Díaz, otro de los colaboradores del técnico Alfio Basile, ya había protagonizado un mal momento en el comienzo del partido cuando, tras una protesta, fue expulsado. En Boca todavía están frescas las imágenes del escupitajo del DT anterior, Jorge Benítez, al mexicano Adolfo Bautista de Chivas de Guadalajara, equipo que eliminó a Boca este año de la Libertadores.

A Basile le gustó el segundo tiempo

Dijo que faltó fútbol en la primera parte. Elogió a Marino pero sostuvo que todavía no está para ser titular. Palermo coincidió con el técnico.

Ya más tranquilo, unos minutos después de ese final caliente, hubo espacio para que Boca dejara de quejarse por un momento y analizara lo que ocurrió en la cancha, la producción de los 90 minutos. Y en ese terreno se encontró a un Alfio Basile que separó la historia en dos capítulos, uno que no le gustó, el que se desarrolló en el primer tiempo, y otro que sí lo convenció, la segunda etapa.
Arrancó diciendo el Coco en la puerta del vestuario visitante del estadio Beira Rio: "Estoy contento con el equipo, con la actitud del segundo tiempo". Siguió: "En el primero, habíamos estado muy parados, pero en el segundo controlamos todo. Tuvimos la pelota, creamos las mejores situaciones. Tuvimos todo para liquidarlo dos o tres veces. Ellos casi no nos llegaban y ya estaban desesperándose".
Hubo más Basile desmenuzando lo que hizo su Boca: "En el primer tiempo, nos faltó fútbol", insistió. Enseguida, apuntó a una individualidad, a Guillermo Marino, quien jugó todo el segundo tiempo en reemplazo del inexpresivo Neri Cardozo. "Con la entrada de Marino, mejoramos mucho".
—Coco, ¿te sorprendió su rendimiento?
—No, de ninguna manera. Sabía que podía jugar así porque venía viendo que en las prácticas respondía muy bien.
—¿Se puede pensar en Marino como titular en alguno de los próximos partidos?
—No sé... Me parece que Marino todavía no está para jugar los noventa minutos.
Más allá del entrenador, no fueron muchos los futbolistas que se refirieron a la actuación de Boca. Uno de ellos justamente fue Martín Palermo, quien estuvo anoche muy lejos de su mejor nivel. Sin embargo, el goleador dio la cara. "Con la actitud del segundo tiempo, yendo al frente, podemos ganar en la revancha", señaló el Titán. "En el primer tiempo nos metimos muy atrás y la pelota no nos llegaba a los de arriba", redondeó el 9.
A su vez, Fernando Gago señaló: "Salimos más arriba en el segundo tiempo y mejoramos".

Abbondanzieri no tuvo uno de sus mejores días

El arquero ya decidió jugar los próximos amistosos de Argentina y su determinación no cayó bien. Para 2006 le están buscando reemplazante.
No son días de paz para Roberto Abbondanzieri. Quedó claro antes y después del partido. Antes, se instaló una especie de miniconflicto por su decisión de jugar los dos partidos que afrontará la Selección en el resto del año, relegando a Boca. Y después, apenas sellado el 0-1, corrió para protestarle al árbitro paraguayo Carlos Torres por el gol brasileño, fue amonestado y, como siguió exagerando con las quejas, terminó viendo la roja.
La bronca. Claro que esa juga da del epílogo no sólo enojó al Pato, quien prefirió apelar al silencio. Fernando Gago repetía una y otra vez que no le había cometido falta a Perdigao en el tiro libre que desembocó en la derrota: "No le hice foul. Es más, el brasileño terminó pisándome a mí. Da bronca perder así, da bronca que te roben...".
Alfio Basile, muy caliente, lanzó mientras caminaba hacia el vestuario: "Cobró mancha". Luego, al salir del estadio, ya más sereno, agregó el Coco: "Estoy con mucha bronca. Estoy convencido de que no fue foul. Pero bueno, le dio la última oportunidad al local, el último regalo, como pasa siempre, y vino el gol. Al final, los fui a sacar a los jugadores porque estaban muy nerviosos".
En el mismo tono, Martín Palermo manifestó: "Me voy con bronca por la jugada del final. La falta no existió y encima nos expulsaron injustamente al Pato. Gago ni lo tocó. Son las jugadas que menos esperás".
La Selección. Abbondanzieri tomó una decisión que no le cayó bien a los dirigentes: jugará para la Selección los amistosos del 12 y 16 de noviembre, ante Inglaterra y Egipto. Pedro Pompilio ya adelantó que "el club no será una traba". Pero está claro que al presidente no le gustó la determinación que tomó el arquero.
Para el 1 hoy la prioridad es la Selección. No quiere ceder terreno porque siente que no tiene el puesto asegurado. El lunes, en el programa Tres en el fondo, Abbondanzieri disparó contra Carlos Navarro Montoya, quien después de su notable actuación del sábado ante San Lorenzo reclamó un lugar en el seleccionado. "No me gustan las postulaciones", dijo el Pato, quien arrastra un viejo rencor con el Mono (se entrenó en Boca en 2001, mientras esperaba una oferta de otro club).
Abbondanzieri se perdería tres partidos (miércoles 9, domingo 13 y miércoles 16). Será una buena chance para Ezequiel Medrán, quien respondió con el equipo alternativo pero nunca tuvo una oportunidad entre los titulares. Para 2006 se buscará un arquero porque se descuenta que Abbondanzieri irá a Alemania. Suenan Oscar Córdoba (Besiktas de Turquía) y Juan Carlos Olave (juega en el Murcia español y ya fue ofrecido). Aseguró Pompilio: "No hicimos ninguna gestión".

No le hizo descuento
Boca otra vez no jugó bien y perdió en Brasil con el Inter de Porto Alegre 1-0, por los cuartos de final de la Copa Sudamericana. El equipo argentino casi no atacó, sólo apostó a esperar y le hicieron el gol en tiempo de descuento.

Lo que va de ayer a hoy... En este estadio, contra el mismo oponente y también por la Copa Sudamericana, Boca volvió hace un año a casa sin goles pero clasificado a la final del torneo continental. Era otro equipo, claro, del que apenas quedan unos pocos sobrevivientes. Anoche ni siquiera se pareció a aquel pero mucho menos al que es puntero en el torneo Apertura.
Fue un Boca muy pobre, sin fútbol, que sufrió por su excesiva cautela atrás, sus pocas ambiciones adelante y terminó perdiendo el partido en el último segundo del tiempo adicional, cuando Fernandao, entrando como un rayo detrás de Cagna y Schiavi, conectó un tiro libre de Ceará, previa escala en la cabeza de Rafael Sobis. Para la explosión de los brasileños, que montaron una fiesta de música y colores. Para la bronca de los argentinos, que no apreciaron infracción de Fernando Gago a Perdigao en la jugada que desencadenó el gol de Internacional y que finalizó con la expulsión de Abbondanzieri.
Resulta demasiado peligroso jugar sin la pelota y apostar al error del rival. Boca encaró el partido de anoche con la misma fórmula del Superclásico, pero se mostró nervioso, impreciso, vulnerable en el primer tiempo. Quizá porque enfrente no tenía al adversario del cual lo separaban diez puntos. O simplemente, porque el equipo es irregular, no ofrece garantías totales, más allá del liderazgo que ostenta en el torneo doméstico. Internacional está mejor dotado que River, pero también padece problemas para generar llegadas. Así y todo, complicó muchísimo a los jugadores argentinos, en todo el primer tiempo y en el último cuarto de hora del complemento.
El circuito compuesto por Perdigao, Ricardinho, Rafael Sobis y Fernandao desconcertó a Gago, Cagna —se nota su falta de continuidad— y Neri Cardozo en el mediocampo. ¡Qué importantes son Daniel Bilos y Sebastián Battaglia en este esquema! Los colorados llegaban tocando, abriendo la cancha, pero sin la profundidad necesaria para penetrar en el área de Abbondanzieri. Tuvieron la posesión de la pelota durante la mayor cantidad de minutos, pero generaron menos de lo esperado frente al arquero de la Selección, quien tapó dos mano a mano: uno a Sobis en la primera etapa, tras un taco de Fernandao, y otro a Wagner, en la segunda. En las dos acciones participó Perdigao, hábil para el toque. Cata Díaz fue otro de los líderes de la resistencia azul y oro.
Boca tuvo problemas en la recuperación, porque el tic tac de los gaúchos era muy veloz y preciso, y en la elaboración, porque Federico Insúa era el único que aportaba claridad, aunque de manera intermitente, y porque Rodrigo Palacio desbordaba pero chocaba con Wagner, un sólido lateral. Encima, Martín Palermo, la carta del gol, tuvo movimientos predecibles y, a veces, inofensivos. En el epílogo de la primera etapa terminó discutiendo con sus compañeros. Sin embargo, la responsabilidad es compartida. Porque, más allá de que su nivel es bajísimo, nunca puede cerrar la jugada porque no le llega la pelota clara. Sobre todo cuando el protagonista es el rival.
Luego hubo una leve evolución de Boca, porque Marino se acopló a Insúa y porque Gago se multiplicó en el medio para marcar. Entonces, se recuperó la pelota que tanto habían visto pasar de aquí para allá en el primer tiempo. No obstante, no alcanzó para ser superior a un rival que insinuaba con la movilidad de sus laterales y sus volantes creativos pero que lastimaba poco, casi nada. Los brasileños se repitieron en mil centros que rechazaron Schiavi, Díaz y hasta Palermo. Pero no se dieron por vencidos. Hasta que llegó la definición tan postrera como merecida, después de un tiro libre de Delgado que obligó al arquero a volar a un ángulo para despejarlo. Por actitud, claro. Porque jugó mejor que este pálido Boca.

Gago sigue caliente

Volvió a decir que no lo tocó al brasileño Perdigao en la jugada que luego derivó en el gol de Internacional. "El árbitro me confesó que cobró foul porque escuchó un ruido", sostuvo.
Fernando Gago, volante de Boca, reiteró que anoche no le cometió falta a Tinga, jugador de Internacional, en la acción que el árbitro Carlos Torres sancionó como infracción y luego de la cual llegó el gol de los brasileños, quienes se impusieron sobre la hora con el tanto de Fernandao.
“No fue falta, no lo toqué”, dijo este mediodía el jugador xeneize en declaraciones a Radio La Red. “Escuché un ruido y por eso cobré foul”, contó que le dijo el árbitro.
Un poco más sereno, Gago reflexionó: “Ahora ya está. Tenemos que pensar en la revancha de La Bombonera y tener fe de cara a ese partido”.
En cuanto a una eventual convocatoria para la Selección, expresó: “No quiero crearme falsas expectativas. Tengo que ir despacio y seguir trabajando para aprovechar si se da la oportunidad”.